UNA PIEDRA EN EL CAMINO...ok, pero quítala de ahí /
Esto lo leí hoy: “Estaba un día Diógenes plantado en la esquina de una calle y riendo como un loco. <¿De qué te ríes?>, le preguntó un transeúnte. <¿Ves esa pequeña piedra que hay en medio de la calle? Desde que llegué aquí esta mañana, diez personas han tropezado en ella y han maldecido, pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla para que no tropezaran otros>." Esta historia me recuerda aquella canción mexicana que dice: “una piedra del camino me enseñó que mi destino era rodar y rodar…” y eso es cierto, pues es posible que más de una piedra nos haya hecho rodar, pero la piedra que me hizo rodar a mí, no tiene por qué hacer rodar a otros. Allí es donde debería entrar la solidaridad humana, el deseo de ayudar a otros y hacer lo posible para que mi prójimo no cometa el mismo error o evite al máximo un potencial sufrimiento. Es triste, y aunque esta historia no lo dice, hay quienes no solo no quitan la piedra, si no después de tropezarse, ...