¿POR QUÉ VUELAN LOS AVIONES? ... Y TU?

No soy ingeniero aerodinámico ni nada por el estilo, pero hoy compartiré la respuesta a una inquietud que tuve por mucho tiempo, sobre todo en mi época infantil.

¿Cómo es que  los aviones pueden volar?
Si, es una pregunta simple, pero  estoy seguro que muchos de ustedes también  se le  han hecho alguna vez en su vida y más aún, es posible que otros tantos no sepan la respuesta.
Bueno, aquí voy…
Un avión, como cualquier objeto en este planeta, tiene dos fuerzas que impiden que pueda volar: peso y resistencia
El peso lo mantiene pegado al suelo debido a la fuerza de la gravedad y la resistencia es la que impide que avance por sí solo. 
¿Estamos claros hasta aquí? En pocas palabras, un avión, así como una silla, una mesa, una olla, etc., no puede volar pues su peso y la resistencia se lo impiden.
Ajá… entonces ¿por qué vuela?
Bien, a esas dos fuerzas negativas (peso y resistencia) se les debe aplicar dos fuerzas positivas, las cuales son: empuje y sustentación. Estas dos fuerzas positivas deben contrarrestar las fuerzas negativas. De tal manera que el empuje es la que eliminará la resistencia y por esta razón los aviones tienen hélices o turbinas, ya que son éstas las que los mueven hacia adelante eliminando así la fuerza de la resistencia que los mantiene inmóviles. Una vez que el avión comienza a moverse hacia adelante entra la fuerza de sustentación, la cual se logra moviendo de determinada manera los alerones  del aparato. Para aclarar más este punto, ¿Recuerdas cuando ibas en un automóvil con la ventanilla abierta, y sacabas la mano y al inclinarla  el viento la elevaba? Esa es la fuerza de sustentación. Entonces, unidas la fuerza de empuje y sustentación lograr elevar la aeronave.

...y por eso vuelan los aviones...

Espero que  estas casi trescientas palabras te hayan aclarado esta incógnita que muchos alguna vez tuvimos.

Pero espera… falta algo más.
Así como los aviones, los seres humanos también estamos, por nuestra condición, pegados a este mundo.  El peso del pecado nos amarra e impide nuestro avance rumbo al cielo. Pero el amor de Dios tiene suficiente empuje para ayudarnos a avanzar y en sus brazos encontramos esa sustentación que nos mantendrá ascendiendo en vuelo permanente.

No importa cuán grande y pesado sea el pecado cometido, éste nunca será más grande que el poderoso amor de Dios. No importa cuánto tiempo lleves en la pista de tu vida sin poder despegar, Dios sabe como elevarte a nuevas alturas y mantenerte allí con sus brazos de justicia y misericordia.
Pide ayuda a quien te la puede y quiere dar.

“Pero los que confían en el Señor
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.”
Isaías 40:31
Dios espera por ti.

Tu amigo, Daniel Cabezas C.






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