RAMAS PARTIDAS

¿VOLAR O NO VOLAR?
Cuenta una antigua historia, que el rey de un lejano país recibió de parte de un amigo dos pichones de halcón como regalo e inmediatamente los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara y preparara en el arte de ser cazadores.
Habiendo transcurrido un tiempo, el instructor le comunicó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente enseñado y educado, pues ya había aprendido a volar y a cazar, pero no sabía qué sucedía con el otro halcón, pues éste no se había movido de la misma rama desde el día de su llegada a palacio, e incluso había que llevarle el alimento hasta allí, pues no había manera que se decidiera a volar.
El rey mandó llamar a sabios y expertos de todo tipo, pero nadie logró hacer que el ave volara. Encargó entonces la misión a varios miembros de la corte, pero a pesar de los intentos nada cambió; por la ventana de sus habitaciones el monarca veía que el pájaro continuaba inmóvil. 
Finalmente publicó un anuncio que llegó a todo el pueblo solicitando ayuda, y entonces, a la mañana siguiente vio al halcón volar ágilmente por los jardines.
-Quiero conocer al autor de esa proeza -dijo a su séquito. Al poco rato le trajeron a un campesino.
-¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres mago o hechicero, acaso?
El hombre con felicidad y temor a la vez, explicó:
-No fue difícil, Su Alteza: sólo corté la rama del árbol, así el pájaro se dio cuenta de que tenía alas y se lanzó a volar.

RAMAS PARTIDAS
¿Cuántas ramas se han partido en tu vida? ¿Cuántas veces hemos tenido que abrir nuestras alas de un momento a otro, pues si no lo hacíamos, la caída era inevitable? Seguramente fueron muchas las ocasiones que esto sucedió.
Pero, también es cierto, que fueron esas ramas partidas las que ayudaron a fortalecer nuestras alas y a la vez, perfeccionar nuestro vuelo.
Y es que, son las dificultades las que nos obligan a impulsarnos con más fuerza hacia nuestra meta, son las tormentas las que nos llevan a volar aún más alto, y es la oscuridad la que nos ayuda a valorar cada rayo de luz, por muy pequeño que éste sea.

SEGURIDAD
No cabe duda, que una rama fuerte puede ser un sitio cálido y seguro; pero definitivamente, hay mucha más seguridad en un buen y fuerte par de alas. Dios conoce este principio fundamental, por tal motivo permite que a lo largo de nuestra vida existan situaciones que aún sin nosotros entenderlas, terminen ayudándonos a ser más fuertes, sabios y humildes.
  
ORO REFINADO
La biblia nos dice en el libro de Job: “Él conoce cada uno de mis pasos; puesto a prueba, saldré puro como el oro” [23:10]. Dios conoce nuestras capacidades y conoce nuestro potencial, por tal motivo no dejemos que la comodidad, la resignación y el miedo nos condenen a estar presos en una rama por muy cómoda que nos parezca. El Señor desea para nosotros lo mejor, desea que alcancemos nuestros mayores sueños, Él nos quiere ver volar alto, nos quiere ver volar confiados en sus promesas y en su maravilloso poder. Nos quiere ver transformados en oro refinado.

Dios te bendiga apreciado amigo y amiga, aprendamos a dar gracias por esas ramas que se han partido a lo largo de nuestro camino y que nos han ayudado a ser hoy, más fuertes y valiosos que ayer.

Tu amigo, Daniel Cabezas.








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