NO TE CANSES DE LO BUENO. NO TE CANSES DE CRECER
Si vamos el diccionario encontraremos que una definición simple y básica de la palabra descanso es:
Descansar es vital para el ser humano, tanto física, mental y emocionalmente. Algunos autores señalan que la falta de descanso puede aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares, puede conducir a la obesidad, elevar el riesgo de diabetes, pérdida de la memoria, daño de los huesos, etc.
Digo esto pues, tu y yo sabemos que ha habido momentos en los cuales posiblemente nos hemos cansado de orar y pedir por algo que a nuestra vista no recibe respuesta, quizás nos cansamos de perdonar a quien nos ha hecho daño una y otra vez, es posible que frente a las tormentas de la vida nuestra sonrisa se ha ido ocultando como niña tímida detrás un rostro petrificado, o la Biblia ha dejado de ser un libro nuevo y fresco cada día y se ha tornado en algo tedioso, aburrido y hasta cansón.
“Pausa en el trabajo o en otra actividad para recuperar fuerzas.”
El descanso es un corte, es dejar de hacer lo que estamos haciendo con la finalidad de poder recuperar las energías y así continuar en otro momento nuestra labor o función.
Descansar es vital para el ser humano, tanto física, mental y emocionalmente. Algunos autores señalan que la falta de descanso puede aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares, puede conducir a la obesidad, elevar el riesgo de diabetes, pérdida de la memoria, daño de los huesos, etc.
Por lo tanto cuando sintamos que nuestro cuerpo o nuestra mente piden descanso, debemos dárselo, cuando estemos cansados… debemos descansar.
Una vez aclarado este punto, me atrevo ahora a decir que hay algunas cosas, labores o actividades en las cuales jamás deberíamos tomarnos un tiempo de descanso, o lo que es igual, jamás deberíamos cansarnos de hacerlas, es más, sería sumamente peligroso cansarse haciéndolas.
De que estoy hablando?
Me estoy refiriendo a acciones como orar, leer la Biblia, hacer el bien, sonreír, perdonar, crecer espiritualmente, ser humildes, etc.
Digo esto pues, tu y yo sabemos que ha habido momentos en los cuales posiblemente nos hemos cansado de orar y pedir por algo que a nuestra vista no recibe respuesta, quizás nos cansamos de perdonar a quien nos ha hecho daño una y otra vez, es posible que frente a las tormentas de la vida nuestra sonrisa se ha ido ocultando como niña tímida detrás un rostro petrificado, o la Biblia ha dejado de ser un libro nuevo y fresco cada día y se ha tornado en algo tedioso, aburrido y hasta cansón.
Es por eso, que en estos aspectos (y muchos otros) sencillamente no puede haber descanso, no podemos correr el riesgo de agotarnos y dejar de hacer lo que hay que hacer, pero... que sucede si el agotamiento nos ha vencido?
Dice la Biblia en Isaías 40:31 que “los que esperan en Jehová renovarán sus fuerzas…correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” dando a entender que es posible que las fuerzas nos lleguen a faltar y si así fuera en Dios se puede renovar la energía perdida.
Me gusta mucho lo que Pablo dice en Gálatas 6:9 “…Y no nos cansemos de hacer el bien…” Claramente menciona que el cansancio no debería dominarnos cuando de hacer lo bueno se trata.
Existe muchísima gente que ha tirado la toalla y han decidido descansar de lo bueno y por eso hoy el mundo es lo que es, y está como está.
Así que, decide renovar en Dios tus energías y no te canses de lo bueno, no te canses de crecer.
Dios te bendiga.
Tu amigo Daniel
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