ANDA, VE; YO TE ESTOY MIRANDO

Recuerdo ese período en el que mis hijas comenzaban a “soltarse” poco a poco de nosotros, algo normal en ese proceso de crecimiento e independencia de cualquier niño, lo que  traía lógicamente cierto temor en ellas.

Eran muy pequeñas en ese tiempo, pero  era importante que tuvieran esa nueva experiencia de tener que ir “solas” a algún lugar.

Cuando digo a ir solas a algún lugar me refiero por ejemplo, a ir a sus habitaciones siendo de noche estando todos en la cocina, o mientras comíamos en un restaurant que  fueran a pedir mas servilletas o algo por el estilo.  Eran unos pocos metros de distancia, pero para ellas era toda una nueva aventura que debían enfrentar.

Cada una de ellas de acuerdo a su personalidad vivió ese momento de forma diferente, pero lo que si fue común para ambas, era que antes de salir a cumplir su tarea, yo les decía: “ve tranquila que  te voy a estar mirando”, y esas palabras significaban una inmensa seguridad, pues el solo hecho de saber que su papá las estaba observando -aún sin estar al lado de ellas-, las hacia sentir tranquilas y protegidas. Es que a los niños les gusta que sus padres los miren, los observen; les gusta que los vean jugar, correr, caminar, etc., se sientencompletos sabiendo que están bajo la mirada de quienes les aman.

La mirada de papá, da seguridad.

Tengo 43 años y hace rato que ya no soy un niño aprendiendo a dar sus primeros pasos, pero debo confesar que la mirada de mi papá aún me  hace sentir seguro y tranquilo. No me refiero a mi padre carnal, pues él ya está descansando; me  estoy refiriendo a Dios, mi Padre Celestial,  pues es vital para mi saber que mientras camino y avanzo, Él observa mi andar, me cuida y guía mis pasos.

Saber que alguien que me ama, que es todopoderoso y omnisapiente está pendiente de mi me tranquiliza al igual que a mis hijas las tranquilizaba  la mirada de su papá.

No solo mira, también actúa.

Cierta noche, estando Jesús en la orilla de la playa y sus discípulos en medio del mar, dice la Biblia, que el Señor los vio remando, los vio cansados y fatigados, y decidió ir hacia ellos caminando sobre el agua. No solo se limitó a verlos, sino que fue a buscarlos para así ayudarlos en el resto de su viaje. (Marcos 6:47-51)

Este es para mi un ejemplo maravilloso de lo que significa ser observados por Dios.  La mirada de nuestro Padre penetra nuestra mente y corazón y llega hasta adonde nadie mas puede llegar y de esa forma nos ayuda como nadie mas nos puede ayudar.

No tengas temor que Dios nos mire u observe, pues, así como en múltiples ocasiones nuestra mirada salvó a nuestros hijos de algún peligro inminente, Dios también está dispuesto a rescatarnos si vamos por mal camino.

¿Está el día oscuro? 

¿Tienes temor frente a algo nuevo en tu vida? 

¿Te sientes solo o sola? 

Ten tranquilidad, Dios te está mirando y conoce tu situación.

Amigo y amiga, de algo estoy seguro y es que Dios te ama y te quiere ayudar. Él sabe donde y como estás y tiene los medios para levantarte, para guiarte, para consolarte y protegerte.  

Dios te dice hoy: “anda, ve tranquilo, yo te estoy mirando.”

"Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo."

2 Crónicas 16:9

Tu amigo, Daniel Cabezas C.