Situación vs. Dirección

Días atrás, mientras iba manejando mi vehículo, oía un programa de radio y escuché algo que capturó mi atención inmediatamente. El tema que trataban el locutor y su invitado era la capacidad que tienen algunas personas de sobreponerse a grandes problemas y dificultades continuando sus vidas con gran ímpetu y mucho ánimo.

En un momento dado, el moderador pregunta al entrevistado que cuál es según su opinión el secreto de este tipo de personas, y éste le responde: el secreto es simple, estas personas “le dan mas valor a la dirección que a la situación.”

En otras palabras, no importa tanto la situación que se está viviendo, sino la dirección que lleva tu vida. Que pensamiento tan poderoso e importante para cualquier ser humano, y mas aún para los cristianos.

Debido a esto, por ejemplo, un estudiante universitario que desea graduarse con excelencia, no se queja ni  lamenta por tener que madrugar o trasnochar para cumplir sus obligaciones, pues su mayor motivación está en alcanzar la meta (dirección) y todo lo que le toca vivir (situación) es solo preparación para ese día.

Tener la dirección de nuestra vida bien definida, clara, precisa, no cabe duda que ayudará a soportar y sobrellevar situaciones que nos toque enfrentar.

Por tal motivo es vital definir nuestra dirección y entender que lo más seguro es que para llegar a esa meta tendremos que superar muchos obstáculos y vivir también momentos fuertes y quizás hasta dolorosos, pero el saber que cada día estamos mas cerca del objetivo servirá de combustible para seguir avanzando.

Eso si, es importante que tu dirección tenga la bendición de Dios, tenga el sello de su aprobación. Cuando nuestro camino trazado tiene el apoyo celestial, no hay nada que temer.

Ahora, no olvidemos que todos los cristianos tenemos una dirección común que nos une y proyecta hacia el futuro, es llegar algún día a vivir en el reino de los cielos por toda la eternidad. Tampoco olvidemos que en ese camino rumbo al encuentro con Dios, seguramente tendremos que enfrentar situaciones que quizás nos puedan hacer dudar, temblar o llorar, y allí es cuando mas firme debe ser nuestra fe, teniendo nuestros ojos firmes en el objetivo.

 ...prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús...
 Filipenses 3:14

Nuestro Norte es el cielo!


Tu amigo, Daniel Cabezas C.

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