EL COCHERO DEL REY


Cuenta una historia que cierto rey se quedó sin su cochero personal, por lo que inmediatamente  tuvo que proceder a buscar un sustituto.
Llegaron cientos de hombres que decían ser la mejor opción para el puesto de cochero del rey.  Como eran tantos los candidatos, el rey dejó que sus ministros escogieran los tres mejores y él personalmente elegiría al indicado.
Llegó el día en el que el rey debía decidir quien ocuparía tan importante puesto.
Se le planteó a los tres el siguiente caso: Si tuvieran que conducir el carruaje del rey por un camino montañoso, ¿Cómo podrían demostrar la mayor pericia para dicha tarea?

El primero de ellos dijo: “yo soy tan experto que podría ir a toda velocidad a diez centímetros del precipicio, sin que el rey corriera peligro”, el segundo no se quedó atrás y  mencionó que el  podría ir a escasos cinco centímetros  del precipicio con toda tranquilidad; quedaba solo uno por hablar, y éste dijo: “Mi rey, le aseguro que yo pensando en su seguridad, iría por ese mismo camino tan lejos como pudiera del precipicio.”
Ya puedes imaginar a quien eligió el rey como su cochero personal.

Tomando esta historia como ejemplo, podemos decir que hay a quienes les gusta ir tan cerca del precipicio como fuere posible, y creen que esto es una muestra de pericia y control, cuando en realidad es todo lo contrario.
En la vida hay peligros que llegan por si solos, no hay necesidad de buscarlos por gusto o decisión propia.
Cuando vayas por un camino difícil evita el precipicio lo mas que puedas, cuida tu salud, cuida tu mente, cuida tu corazón y aléjate de todo aquello que pudiera significar peligro o sufrimiento para ti.
Quieres subir? Hazlo!
Quieres ascender? Hazlo!
Pero recuerda… asciende avanzando lo más lejos posible del precipicio…
Dios te bendiga

Tu amigo,


Daniel Cabezas C.

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