SUPERANDO LA ANSIEDAD

En muchos lugares de venta de comida ofrecen en su menú opciones que vienen en la modalidad de“combo”,  lo que quiere decir que automáticamente están  incluidos junto al plato principal algunas otras cosas, tales como bebida, papas fritas o ensalada; puede que no desees alguno de estos añadidos, y si se lo haces saber a quien te está atendiendo, es probable que te diga que tu compra podría salir  mas costosa aún recibiendo menos.  En pocas palabras, si quieres comer lo que deseas, te toca llevar lo otro, aunque no lo quieras.

Algo similar (y guardando las distancias) sucede en nuestra vida, hay muchas cosas que no nos gustaría tener que recibir y experimentar, pero debemos entender que así como en esas tiendas de comida, la vida también viene en “combo”.

Una de los añadidos que nos vienen por el solo hecho de estar vivos, son los problemas, dificultades y  tristezas, lo que a su vez nos producen ansiedad, angustia o  stress.

Una cosa es ser negativo o fatalista, y otra es ser realista.

Los problemas existen, lo quieras o no. Allí están y no se irán.

Bien lo dice Cristo: “Cada día tiene bastante con sus propios problemas” Mateo 6:33 (versión Dios habla Hoy)

No pretendas esperar que llegue el día en el que ya no haya problemas o situaciones difíciles que enfrentar, si piensas de esta forma, te puedes llegar a frustrar y de las frustraciones no siempre salen cosas buenas.

Lo que si debes  pretender, es lograr sobreponerte a las dificultades, aprender a levantarse y enfrentarlas de la forma correcta cuando éstas se presenten.

Con esto en mente dejo delante de ti algunas consideraciones importantes:

1.    Dios es nuestro Padre

Me gusta lo que  dice el conocido predicador Billy Graham: “La ansiedad es el resultado natural de centralizar nuestras esperanzas en algo menos que Dios y su voluntad para con nosotros.”  Tenemos un Padre que nunca nos ha abandonado, que es todopoderoso, que nos ama y desea nuestro bien, cuando vengan las dificultades debemos fundar nuestra esperanza es en Él y confiar que Su voluntad se manifestará en nuestras vidas.

2.    Todo en orden de prioridad

Es posible que nos estemos preocupando o estemos sufriendo por cosas que sencillamente no valen la pena, quizás tus zapatos no son de la marca de desearías, o quizás la casa que tienes no es la de tus sueños, o que tu jefe no sea un ramo de flores, pero reflexiona en el hecho, que tienes pies donde colocar tus zapatos, tienes un hogar donde vivir y un trabajo al que puedes acudir. En ocasiones nosotros añadimos carga sobre carga, por no tener las prioridades en su correcto orden.

3.    Fabricantes de angustias

Una verdad que no podemos dejar de mencionar, es que en ocasiones muchos de los problemas y dificultades que estamos experimentando son producto de nuestros propios malos hábitos, nuestras propias acciones inmaduras o arrebatos emocionales. Es cierto que hay situaciones complicadas que nos llegan gratis, pero también es cierto que hay otras que nosotros mismos fabricamos, por lo que gran parte de las soluciones están en nuestras propias manos. Pide a Dios que te ayude a enderezar lo torcido y deja que Él te muestre el camino a seguir.

4.    Dolor prestado

Elena White dice en su libro El Camino a Cristo: “Hay personas que viven en constante temor, y se apropian de aflicciones ajenas…sus mentes están siempre espaciándose en algo desagradable cuya llegada temen.” Pág. 181 (IADPA, 2005) Existen personas que aunque las cosas les estén saliendo bien, siempre encuentran algo de que lamentarse, no agradecen el árbol que les da sombra, sino que sufren por las ramas que no les dejan ver el cielo azul. Muchas veces lo  que tenemos es suficiente para tapar lo que no tenemos, pero sencillamente decidimos ver solo lo que falta. No andemos por la vida tomando dolores prestados

Por último dejo para ti esta promesa maravillosa:

“Busqué al Señor , y él me respondió y me libró de todos mis temores.”

Salmo 34:4

Puede que los problemas nunca se acaben, puede que las dificultades siempre lleguen, pero no olvides que el amor y poder de Dios siempre estarán a nuestro alcance y Él nunca nos fallará.

Dios te bendiga,

Tu amigo,

Daniel Cabezas C.