LO QUE HE APRENDIDO SOBRE EL LIDERAZGO. TRECE CONSEJOS PRÁCTICOS

No ofrezco  aquí un seminario sobre liderazgo ni nada parecido, solo comparto algo de lo que  he aprendido sobre la marcha durante mi trabajo como pastor en estos 20 años de servicio.

Jamás olvides que Dios es tu mejor aliado.

Dios llama y Él habilita. No estás solo y no navegas sólo. En tus   batallas tienes a quien salga en tu defensa, en días oscuros tienes Luz a tu disposición. Busca cada día en Él la ayuda que necesitas.

Si quieres pedir… primero da!

Si deseas que confíen en ti, demuestra confianza, si esperas entrega y dedicación, primero tu entrégate a la tarea y dedícate a ella. Es un principio universal que las personas respondan mejor cuando ven que su líder ha dado el primer paso; y a fin de cuentas, no fue eso lo que hizo Dios con nosotros? La Biblia nos claramente dice que Él nos amó primero.

Cuando digas que llegas a una hora, llega a esa hora!

Uno de los bienes mas valiosos que posee el ser humano, es el tiempo, y de paso, es un recurso que no hay forma de recuperarlo una vez se ha perdido, por ese motivo, respeta y valora el tiempo de las personas que te rodean, no abuses de ellos.

Si quieres ganar a los padres, gánate a sus hijos.

Todo padre desea ver a su hijo feliz y activo en las cosas de Dios, por esa razón cuando ven a sus muchachos motivados y felices, esos mismos padres serán tus mejor apoyo y tus mayores aliados.

Respeta los manuales, normas y procedimientos.

Los manuales se hicieron para seguirlos y cumplirlos, cuando “nos movemos”dentro de lo que ellos “nos dicen”  las cosas salen mejor, y además sirven de protección en momentos de dificultades o situaciones complicadas. Para seguir los manuales y procedimientos hacen falta tres sencillos elementos: humildad, estudio y valor.

Ten presente que en algún momento aparecerá alguien que no está de acuerdo contigo.

Por muy bien que te estén saliendo las cosas, por muy favorables que sean los vientos, ten presente que cuando menos lo esperes alguien saldrá llevando la contraria o sencillamente obstaculizando el trabajo, tenlo presente, para que cuando pase, no te tome por sorpresa. Además es posible que esa persona te ayude a pulir tu trabajo.

Ponte metas altas, pero medibles.

Los desafíos y sueños son los elementos que nos impulsan a avanzar en nuestro desempeño diario, pero es importante que tus metas las puedas medir fácilmente, de tal forma que puedas  saber a buen tiempo si vas por el rumbo correcto o no.

Siempre ten alimento fresco para compartir…. Estudia!!

Una de las funciones del líder es alimentar a su equipo y personas bajo su cargo, por tal motivo es sumamente importante tener siempre pan fresco para compartir, el pan duro se descubre rápidamente (y no sabe bien). Estudia!!

No eres un jefe, eres un facilitador.

Hay quienes se creen dueños o amos de quienes dirigen, quienes piensan de este modo terminan, gritando, ofendiendo y hasta humillando en vez de motivar, guiar, animar y fortalecer.

Sé veraz.

No hay peor líder que aquél que sea conocido por no ser veraz en su hablar y actuar. No te creerán, no te seguirán, te oirán pero no te escucharán.

No estás donde estás por ser mejor que el resto, estás donde estás por que así lo decidió Dios, solo por eso. NO SE TE OLVIDE

No te creas mejor que los demás por tener una responsabilidad especial, si eres de los que cree que el resto no está a tu altura o nivel, tendrás muchos problemas. No aceptarás consejos, serás un líder solitario y paranoico, y sufrirás mucho (innecesariamente) el día que seas reemplazado por otra persona.

Si te equivocas, reconoce tu error.

Recuerda que no eres perfecto, de hecho, nadie lo es. Por eso, si te llegas a equivocar, si llegas a fallar, reconoce tu error, aprende de él, pide fuerza para no volver a fallar y sigue adelante.

Nunca olvides que primero Dios, luego tu familia y después todo lo demás.

Este es el orden correcto, el orden que Dios desea, estés donde estés y hagas lo que hagas, esta es la forma en la que Dios quiere que trabajes. No busques excusas ni justificaciones, así te quiere Dios sirviéndole.

Tu amigo, Daniel Cabezas C.