UNA NUEVA OPORTUNIDAD

¿Que persona no agradece el poder comenzar de nuevo? ¿A quien no le gustan las nuevas oportunidades?

Lo cierto es, que los seres humanos disfrutamos y apreciamos el poder reiniciar y recomenzar aquellas cosas y experiencias que consideramos valiosas, también nos gusta ver cuando sale el sol después de la tormenta, o cuando llega el amanecer luego de una noche oscura,  nos agrada cantar “Cumpleaños Feliz” al iniciar un nuevo año de vida,  y disfrutamos mucho un abrazo de reconciliación que marca el reinicio de una relación.

¿Pero sabes? A Dios también le agradan los reinicios y nuevos comienzos, la Biblia y la experiencia cristiana están llenas de muestras que confirman lo que estoy diciendo: el bautismo, la oración, la Santa Cena, el lavamiento de los pies, el sábado, la Segunda Venida de Cristo, términos como “nueva vida”, “nuevo nacimiento”, “cielos y tierra nueva”, "corazón nuevo y espíritu nuevo", “nuevo pacto”, “nuevo hombre”, “nueva Jerusalén”, ratifican que al Señor no solo le agrada, sino que se goza dando nuevas oportunidades, otorgando el regalo de poder dejar atrás lo viejo, lo añejo y lo sucio, y reiniciar con lo nuevo, lo fresco y lo limpio.

Con esto en mente quiero dejarte dos cortos consejos:

1) Aprovecha las nuevas oportunidades que Dios te da, no pierdas el chance de recomenzar, de reiniciar, de lograr los objetivos que quizás aún no has alcanzado. Siempre se puede mejorar, siempre se puede crecer, siempre se puede aprender.

Dios quiere que crezcas y también quiere que seas feliz colocando delante de ti las herramientas y dones necesarios para que los errores del pasado, se queden allí, en el pasado; y a su vez, sirvan de lecciones que lleven a un crecimiento en experiencia y fe en el futuro, y recuerda que Dios puede cambiar la oscuridad en luz, el llanto en sonrisa, la herida en salud y la tormenta en paz.

2) Cada vez que puedas, da una nueva oportunidad a quien la necesite, permite ser usado por Dios levantando al caído, sanando al herido, perdonando a quien ha causado dolor. No guardes rencor, no almacenes lo inservible en tu corazón.

Perdona, sana, levanta y limpia a quien lo necesita.

Recuerda que estás donde estás y tienes lo que tienes simplemente porque Dios te dio en algún momento del pasado… una nueva oportunidad.

Tu amigo, Daniel Cabezas